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Historia de un mechero personalizado

Cuando lo inventaron, allá por los principios del siglo XX, la publicidad tuvo que hacer muy bien su trabajo para que el mechero fuera adquirido por mucha gente. No fue difícil, pues por aquella época fumar era una acción bien vista y nada se sabía, o se decía, de los peligros que acarreaba para la salud del fumador. Sin embargo, como cualquier comienzo no estuvo exento de tropiezos.

Los productores de cerillas se levantaron contra los mecheros. Los fabricantes consiguieron que los gobiernos aplicasen un impuesto especial y así frenar las ventas de los mecheros pero, este antiguo y útil artículo inició una carrera meteórica ¿Llevas uno en el bolsillo? ¿Tienes un mechero en el cajón de la cocina? Vale, que la tuya es de inducción pero, ¿sigues pensando que un mechero solo se utiliza para prender fuego?

Historia de un mechero personalizado

La versatilidad de estos artículos radica en su utilidad como artículo de propaganda y publicidad. Su capacidad de pasar de mano en mano ya fue reflejada en una comedia española en la cual el director utilizaba un mechero como hilo conductor para contar las historias de los personajes que van perdiendo el mechero.

Las historias de los mecheros personalizados son innumerables. Y, tal vez con ellos prendamos algún cigarrillo, encendamos una barrita de incienso o la barbacoa de los domingos de verano pero, la gran utilidad de este artículo promocional es hacer llegar tu negocio, tu mensaje o tu publicidad a cualquier parte de una manera rápida y global.

Sabes dónde depositas el primer mechero pero, desconoces por cuántas manos va a pasar y cuántas personas van a ver tu publicidad en las caras de este artículo promocional.

No quema, pero arde. Arde la publicidad de tu negocio en los bolsos de las señoras, en el bolsillo del que siempre te ofrece fuego para entablar una conversación, en las casas de los estudiantes, en el cajón de tu vecina que enciende velas para hacer yoga, sobre la chimenea del abuelo para quemar las ramas secas… Cualquier lugar que imagines… Allí habrá un mechero personalizado. La pregunta es… ¿Lleva tu publicidad?

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